He intentado presentar al Jesús de los evangelios como el Jesús real, como el Jesús histórico en sentido propio y verdadero. Estoy convencido, y confío en que el lector también pueda verlo, de que esta figura resulta mas lógica y desde el punto de vista histórico, también mas comprensible que las reconstrucciones que hemos conocido en las ultimas décadas. Pienso que precisamente este Jesús -el de los evangelios- es una figura históricamente sensata y convincente.