El FULL CONTACT nace a mediados de los 70 en EE. UU. por iniciativa del promotor y organizador Mike Anderson, convocando a las más destacadas figuras de los estilos tradicionales del momento, especialmente aquellos que intervenían en torneos denominados abiertos, tales como Bill Superfoot Wallace, Joe Lewis, Jeff Smith y otros. Hasta ese momento, los combates de las artes marciales -karate do, tae kwon do, kung fu y otros- se realizaban a marcación o bien a contacto sin profundidad, dejando un verdadero vacío en cuanto al resultado real de los enfrentamientos, generando frecuentes polémicas.
Muchos, por lo tanto, interpretaban que las definiciones debían ser claras, como sucedía en el box o el judo. Además, para captar un público neófito, era necesario aumentar el interés y nada mejor que el contacto y la posibilidad del K.O., como ocurría con el boxeo, para lograrlo.
El Full Contact comenzó a transitar su propio camino, adquiriendo una fisonomía diferenciada, particularmente desde el momento en que adopta los guantes y técnicas de Boxeo Inglés para el trabajo de manos, a la vez adapta a sus necesidades las técnicas de piernas, propias de otras artes marciales, haciéndolas más directas y efectivas.
Es considerado desde entonces como una suerte de boxeo con patadas, surgido de la tradición oriental y asimilado a los parámetros culturales de los pueblos y países que lo vieron nacer y desarrollarse.
Con el tiempo, se convirtió en un verdadero legado de Occidente, en un nuevo deporte de combate con perspectiva olímpica, esencialmente apto para la defensa personal y el mantenimiento de la salud física y psicológica.
El presente trabajo resume toda la experiencia y conocimiento de un verdadero pionero de la especialidad en la Argentina y Sudamérica, el Profesor Jorge H. Doglioli. Los interesados -practicantes de todos los niveles, instructores, árbitros y periodistas, entre otros- cuentan con esta rigurosa y a la vez introductoria obra, convertida desde ahora en un texto de consulta indispensable.
