En este libro se examinan tanto los vínculos entre los procesos de globalización en el plano mundial y de integración en el plano regional, como sus impactos sobre las oportunidades de desarrollo de América Latina y el Caribe con especial referencia a los problemas de empleo y de equidad. Se trata de dilucidar cuál es la verdadera función de la integración regional latinoamericana en el ámbito del desarrollo con equidad.
Se hace un esfuerzo por distinguir dos tipos de acuerdos o tratados en proceso de gestación y consolidación en el nivel hemisférico (acuerdos tipo A y tipo B ), delimitando cual es el significado y la utilidad de cada uno para los propósitos del desarrollo con equidad, y cuáles son sus ámbitos de coexistencia posible en el largo plazo. Se concluye que los acuerdos tipo B contribuyen con un capital social (en bienes públicos) que es imprescindible para construir una competitividad sustentable y sistémica capaz de aprovechar al máximo el propio mercado regional.
A continuación se examina el insustituible papel del estado-nación en la promoción de un desarrollo equitativo legitimado en los principios de la democracia. La integración regional se concibe como un instrumento para crear ámbitos de soberanía compartida que compense las perdidas en la capacidad de maniobra de los gobiernos nacionales ante los avances del globalismo multilateral.
Por último se examina el tema de la convivencia y coherencia reciproca de las políticas públicas de los países miembros en los procesos de integración regional. En particular se estudia la contribución de los regímenes y políticas sociales al objetivo de una integración profunda, penetrando en los temas de la convergencia en diferentes niveles (coordinación, armonización, unificación).