Afortunado como pocos, México cuenta con una amplia variedad de costas a lo largo y ancho de todo su territorio. Su belleza y colorido se mezclan, por instantes, con el mole y el barro negro en Oaxaca; con los charros y el sabor del tequila en Jalisco; con los videños y las misiones en Baja California; con las tribus nómadas y los tambores en Sonora, pero también con la amriposa monarca en Michoácan, entre otros.
En Leyendas de la provincia mexicana zona costera se entretejen insólitas historias que la sabiduría popular ha recogido durante generaciones, y que matizan de manera singular cada región. Muertos que resucitan, cuerpos sin rostro, amores prohibidos y perros que arrastran cadenas, son algunos de los sucesos con magistral estilo por los autores.