En la actividad profesional, más que hacer muchas cosas, importa, sobre todo, hacerlasbien. Aunque la competencia técnica constituye la condición necesaria para ser unbuen profesional, ella sola no resulta suficiente para la excelencia, ni siquiera a niveltécnico. Pues, cuando aquella competencia técnica adolece del empeño expreso porel buen hacer, estamos ante la falta de sensibilidad hacia la dimensión ética de laprofesión. En todo caso, para llevar a efecto un buen ejercicio profesional, se requiereno solo de ciencia y saber, sino también de lucidez y conciencia. Es esta perspectiva laque permite captar, además de la relevancia de lo que está en juego –el bien intrínsecoque da sentido, finalidad y propósito a la profesión, y la contribución específica al biencomún–, la trascendencia que el buen hacer profesional acaba teniendo en el procesoautobiográfico de configuración de la propia persona. Todo lo anterior es tenido en cuenta en este libro. Domènec Melé, en línea con losmejores tratados de moral profesional, ofrece un manual adaptado a la sensibilidad denuestros días, y aporta inestimable valor a quien lo lea, pero, sobre todo, a quien loaplique en el ejercicio de la profesión.