Soy el vampiro Lestat. Soy inmortal. Mas o menos. La luz del sol, el calor prolongado de un fuego intenso... tales cosas podrían acabar conmigo. Pero también podrían no hacerlo. Cuando estoy sediento de sangre, mi aspecto produce verdadero horror: la piel contraída, las venas como sogas sobre los contornos de mis huesos... Pero ya no permito que tal cosa suceda, y el único indicio de que no soy humano son las uñas.