Como el mismo Twain escribió la mayor parte de estas aventuras sucedieron en la realidad, vividas por el autor unas o por compañeros de colegio, otras. Las supersticiones descritas prevalecían entre los esclavos de la llanuras del Oeste Medio de los Estados Unidos por la época de esta narración, es decir, hace casi ciento cincuenta años. Además de entretener a los jóvenes,Twain pretendía también hacerles recordar a los adultos cómo pensaron y actuaron y, sobre todo, en qué extrañas empresas se empeñaron en su juventud, al igual que Tom Sawyer el eterno muchacho que, con sus pilatunas, se agranda hasta convertirse en héroe, en tanto la narración adquiere un carácter épico.