Todos los jovenes (de entre doce y cien años) deben leer esta novela. No es una orden del gran hermano que todo lo sabe y a todos nos vigila, ni es una ley del partido, que en nombre y representación del gran hermano todo lo decide y organiza, sino simplemente una recomendación de amigos.
1984 es una dolorosa ficción sobre los excesos distorsionados a los que puede llevar una sociedad perfecta. Es un llamado de atención a los errores y horrores que puede acarrear la falta de apego a los derechos humanos.