El polémico Marqués de Sade, que como se sabe con su nombre hoy se identifica al placer derivado del sufrimiento de otros, el sadismo, fue considerado un terrible libertino. En sus escritos da amplias razones para que así sea, pues tiene la agudeza de escribir con detalle lo que en su época era inconcebible narrar. No obstante, la mayoría de las veces lo que deseaba era dar lecciones morales, como puede desprenderse de estas Historias, cuentos y fábulas. El atento lector podrá rescatar advertencias sobre el comportamiento descarriado de obispos y hombres de alta consideración social, a quien dirigió con gran habilidad sus filosas críticas. Un hombre totalmente incomprendido, muere en un recinto para enfermos mentales en Charenton, Francia. Su obra mantiene una vigencia sorprendente luego de dos siglos transcurridos.
