Dentro de la literatura de todos los tiempos, sin lugar a dudas Hornero ocupa un lugar de privilegio, de un héroe narrador, como los que él describe a detalle en sus dos magnas obras: Ilíada y Odisea, en las que se sublima un arte en especial, el de la sangrienta y cruenta guerra desatada por el amor de una mujer -la más parecida a las diosas del Olimpo-, la hermosa, incomparable y perfecta Helena, pasando por la hermandad, solidaridad, amistad, orgullo, soberbia, ira, cólera, humillación y el fin último de todos los seres mortales: la muerte.