Las Islas Galápagos, un solitario grupo de islas en la inmensidad del océano Pacífico, se han convertido en sinónimo de evolución y de Charles Darwin, aunque en realidad solo pasó allí cinco semanas. Darwin culminó allí un largo viaje por las costas y algunos territorios de América del Sur.
Cuando regresó a Inglaterra en 1836, Darwin empezó a recopilar sus ideas sobre los cambios de las especies en sus Cuadernos de la transmutación de las especies. La teoría de la evolución de los organismos se le ocurrió después de leer Un ensayo del principio de la población (1798), de Thomas Robert Malthus.