La abadía de Northanger es una reacción en contra del romanticismo gótico, donde Jane Austen hace una parodia de esta clase de propuestas novelísticas en las que los héroes (aquí la heroína) incursionan en el mundo del misterio, lo que en este caso no es más que la expresión de una necesidad de evadirse del aburrimiento de un estilo de vida insulso, que no da pie para la fuerte emocionalidad, y mucho menos para el escalofrío.