En esta novela se aborda el yo, el ego, la conciencia, la culpa y el desarraigo. Al recordar a la joven suicida inerte en las aguas del Sena, se hace una analogía a la vida de Clamence, quien de ser un exitoso abogado cae hasta el punto de convertirse un ser abominable, derrumbándose profesional y personalmente.
Una lectura detallada presenta un espejo ante el cual observamos lo deleznable de la moralidad, así como las contradicciones de todo ser humano. No falta una inteligente alusión a la ocupación nazi y a la guerra, con sus horrores y sufrimientos. Sus planteamientos sobre el balance entre la justicia y las libertades individuales, el temor a un futuro en que la ética se ciña sólo a intereses personales, son motivos por los cuales, algunos, siguen considerándola una obra de la resistencia francesa.