Hay una deliciosa sensación de triunfo en el lector que se carcajea con un libro en las manos. Es un acto de libertad, de comunión y complicidad absolutas con el autor.
Mark Twain sabe revelar, bajo el chiste y la escena hilarante, el anhelo humano. En Diarios de Adán y Eva, el autor nos revela la delicada construcción de la pareja y la vida de dos. Porque el potente y tierno descubrimiento del otro corre como un hilo invisible y poderoso debajo del bordado estrafalario de las imágenes del cómico descubrimiento del mundo.
La lectura de Diarios de Adán y Eva deja ver que Mark Twain es uno de los escritores más críticos y originales que ha dado la prolífica literatura norteamericana. Su extraordinario oído, la precisión de sus adjetivos y el realismo de sus personajes son inimitables.