Cuando arrancó el camión de mudanza, dejé atrás la infancia, tan cálida y confortable, para dirigirme, un poco tardíamente, al desconocido mundo de la adolescencia. En un viaje por carretera, al ritmo de algunas de sus canciones favoritas, Inés se pone a contarle a su hija las aventuras y desventuras que sufrió a los 16 años en un México muy emocionante, muy joven, y realmente distinto al que conocemos ahora. El mundo de Inés se derrumba cuando sus papás se divorcian. No da crédito a cómo su plácida y cobijada existencia, en una arbolada casa de Coyoacán, deja de funcionar súbitamente. Pero dentro del desconcierto y el dolor, Inés empieza a descubrir que su nueva vida en el departamento de la colonia Del Valle está llena de sorpresas. Ahí conoce a las hermanas Dávalos, siempre vestidas de negro, con sus divertidos rituales y su música. De las tres, la hermana que más la asombra es Eva, una chica con un peculiar talento. Juntas vivirán sus primeros y emocionantes acercamientos con el amor, pero se enfrentarán también a sus sacudidas, ésas que se parecen tanto a las que propinó el terremoto del 85 a la ciudad de México. Cuando Plutón era un planeta es una historia de derrumbes y reconstrucciones.
