Atado a un asiento de avión en un vuelo más allá del infierno. Atrapado en las profundidades de la peor pesadilla de un escritor. En manos de Stephen King, las dos magistrales novelas cortas que componen Las dos después de medianoche te provocarán un paro cardiaco. La percepción del transcurso del tiempo (un tema recurrente en las historias que componen Las dos después de medianoche) es algo sumamente personal -escribió el autor en la nota introductoria de este libro-: el tiempo, por ejemplo, y los efectos corrosivos que pueden ejercer sobre el corazón humano; el pasado y las sombras que arroja sobre el presente, sombras donde crecen cosas aún más desagradables.
