Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para... ¡Qué se yo para quién... para quien escribimos los poetas líricos... Ahora que va a los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Qué bien!
Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que todos sabemos. J. R. Jiménez. Platero y Yo es una reflexión sobre la naturalidad y la sencillez poética, en la que se manifiesta el desdén por el énfasis y se denuncia la crueldad. En definitiva, se trata de un libro sensible al dolor y la injusticia. De un gran virtuosismo formal, esta obra abunda en descripciones de inigualable belleza, matices y colorido en las más variadas tonalidades, pero sin ninguna pretensión por parte de su autor, un premio Nobel de Literatura.