En la cuarta y última novela larga protagonizada por Sherlock Holmes, Conan Doyle, sin renunciar al típico y fascinante bagaje holmesiano, se adentra una vez más en terrenos imaginativos de sorprendente novedad; algunos aspectos de El valle del miedo constituyen una de las primeras exploraciones literarias, de un vigor y frescor asombrosos, del terreno en que, más tarde, se desarrollará la Novela negra.