La única novela de Emily Brontë, Cumbres Borrascosas, es una obra maestra única en la tradición inglesa. En ella, el áspero realismo de la vida cotidiana se funde con inquietantes sugestiones simbólicas y pinceladas de especial intensidad emotiva, en una estructura narrativa de extraordinaria eficacia. Las fuerzas amorales de la naturaleza parecen actuar, al inicio, a favor de una pasión destructiva, para revelarse al fin como instrumento de la reconciliación. La historia, apasionada y cruel, va más allá de los límites habituales de la narrativa victoriana, para arrojar luz sobre algunos misterios y contradicciones escondidos en las profundidades del corazón humano. Aunque no es fácil discernir hasta qué punto la autora era consciente de estar explorando nuevos ámbitos de la psicología, su novela manifiesta, ante una lectura psicoanalista, intuiciones de sorprendente valor.