A mediado de 1840, Fiódor Dostoievski, uno de los más grandes escritores rusos, da sus primeros pasos en el mundo literario. A diferencia de sus temas posteriores, -la existencia de Dios, el ateísmo, la fe, la ley, el destino de Rusia, entre otros- plasmados en grandes novelas como Crimen y Castigo y Los hermanos Karamazov, en esta etapa temprana el escritor se ocupa de historia intimistas, de gran penetración y complejidad psicológica, de personajes sentimentales, soñadores, pequeños. En Noches blancas y en El ladrón honrado, el soñador y el sufriente en alguna medida sirven de arquetipos a los personajes de su obra futura.