Ninguna mujer nace siendo madre: todas se forman en el camino, de la misma manera como aprenden a ser pareja, a ser hijas, a ser profesionistas... Si ellas mismas se otorgan una oportunidad para compartir todos los secretos de la maternidad, seguramente seran absolutamente capaces de crear grupos más solidarios, y estarán dispuesta a ayudar más que a criticar, a aprender más que a descalificar.
Madre solo hay una está escrito a partir de la experiencia de la autora como madre, como hija, como amiga, como compañera de trabajo y como pareja de un hombre. A lo largo del camino nos muestra las fantasías, las opiniones y los descubrimientos de las mujeres que ha conocido a lo largo de su vida y que le han dado su amistad y afecto.