Este libro pasa revista a las más importantes teorías que se han formulado en relación con los fundamentos del Derecho penal, e incursiona en las distintas escuelas penales que de manera sistematizada estudian la disciplina: la clásica, neopositivistas, positivismo crítico y las corrientes humanista y técnico jurídica, a la par que se analiza la forma en que históricamente ha caminado el Derecho Penal en nuestro país. Al referirse metódicamente a las fuentes del Derecho Penal, como la forma en que nacen o toman su contenido las normas jurídicas, y tras estudiar a la costumbre, la jurisprudencia, la analogía, los principios generales del derecho y la doctrina, el autor reafirma que en nuestro sistema jurídico la única fuente inmediata del Derecho penal es la ley, aludiendo naturalmente al código penal, las leyes penales especiales y los tratados. Con atingencia se trata el tema de los principios fundamentales que animan al Derecho Penal, nacidos todos ellos en el iluminismo francés generado por la gran Revolución. Para elucidar la forma en que debe interpretarse la ley penal en el Derecho mexicano, se explican las diversas maneras de desentrañar su sentido y se contempla la prohibición penal de la aplicación analógica en esta materia. El libro finaliza con un capítulo dedicado a señalar las distintas corrientes que tratan de aplicar la dogmática jurídico-penal, esencialmente la causalista y la finalista, dando cuenta de los peculiares enfoques con que cada una se plantea el estudio de la ley penal.