En esta novela, Ignacio Solares reconstruye la vida de Francisco I. Madero desde una veta poco explorada: las creencias místicas, los sueños e inclinaciones al espiritismo de Madero; su constante comunicación con las almas que lo predestinaban a ocupar un lugar de líder y mártir frente a su patria. La narración comienza con la muerte de Madero en la Decena Trágica y, desde ahí, se interna en los episodios clave: sus debilidades ante el usurpador Victoriano Huerta, su interés por mediar intereses irreconciliables, las dudas que lo apartaron de sus aliados, como Zapata, y favorecieron a sus enemigos, a los que se empeñaban en perdonar, pese a las advertencias de todos.