Alrededor de 1412 nació una niña en una pequeña aldea francesa. Era hija de un campesino y se esperaba que, al crecer, fuera la esposa de un campesino. Pero esta niña era Juana de Arco, y jamás haría lo que se esperaba de ella.
Hacia los 13 años de edad, sabía que debía cumplir con una misión: expulsar a los ingleses de su patria. A los 17 años, había llevado al ejército francés a la victoria y, por atreverse a desafiar el estado de cosas imperante, fue sentenciada a morir en la hoguera antes de cumplir 20 años.