Ante todo, Filosofía para inconformes es un libro rebelde, escrito con humor y corrosiva amenidad. Multigenérico, las ideas fluyen en forma de ensayo, monólogo, fábula, aforismo, diatriba y manifiesto, hasta armar un mosaico donde el lector sincero podrá reírse de todo y, principalmente, de sí mismo. No se trata de un pensamiento desencadenado que desemboque en la tristeza y la abulia, sino de un desencanto festivo que circula a través de la indignación subversiva y la sonrisa. De esta manera, Filosofía para inconformes se convierte en un canto irónico y un ajuste de cuentas con la historia. Detrás del humor negro, aquí se encuentra la voz de un pensador agudo y amargo que reflexiona a propósito del sentido de la vida y la muerte; de la locura y la demagogia; de la corrupción política, del amor y de la necedad humana; de los asuntos que han preocupado siempre a los filósofos y que hoy, para estar actualizados, parece indispensable que se les aborde desde la inconformidad y la risa.