Entre 1975 y 1982 Efraín Huerta (1914-1982) escribió la columna Libros y antilibros en el suplemento El Gallo Ilustrado del periódico El Día. Ultima producción de su extensa carrera literaria y periodística, ciada en 1935 en la poesía con Absoluto amor, en ella se aprecian las múltiples y ricas preocupaciones de uno de los mejores escritores mexicanos del siglo XX, un auténtico intelectual de izquierda que fue testigo y activo participante en la intensa vida artística del México postrevolucionario. Dedicada a la reseña de las novedades editoriales de la época, entre libros y revistas de toda Hispanoamérica, Libros y antilibros es el repaso a un tiempo de transformaciones sociales y políticas como las dictaduras militares en Sudamérica, las guerrillas centroamericanas y el fin del franquismo en España, pero también un abordaje pleno de humor e ironía del quehacer cultural de esos arios, entre viajes y recuerdos del exilio español y los nombres más destacados de las artes y las letras iberoamericanas del siglo, a quienes trataba con la fraternidad que merecen los iguales, pues indudablemente Efraín Huerta era uno de ellos.