Lo expuesto por nosotros aquí sobre las relaciones del lenguaje con la música debe también ser aplicado por las mismas razones a las relaciones del mimo con la música, también el mimo, como simbólica reforzada de los grandes gestos del hombre, es, comparado con la significación general de la música, un símbolo cuyo sentido interior se nos revela muy superficialmente, esto es como sustrato del cuerpo movido por la pasión, Pero si colocamos el lenguaje en la categoría de la simbólica corporal y relacionamos el Drama. Según el canon expuesto por nosotros, con la música, comprenderemos claramente una proposición de Schopenhauer, de la cual hablaremos mas adelante. Podría admitirse, aunque, en espíritu puramente musical quizá no lo necesite, que el lenguaje de los sonidos, aunque se basta a si mismo, y no se necesita de ninguna ayuda, debe ir acompañado de palabras y aun de una acción plástica, para que nuestro intelecto intuitivo y reflexivo, que no puede estar ocioso nunca, se ocupe de una manera análoga de de modo que no se desvié de la música, su atención y lo que los sonidos dicen a nuestro sentimiento vaya acompañado de una imagen intuitiva, que se pone a un concepto general: y esto reforzara el efecto de la música