La vida de un muerto es la novela ucrónica del narcotráfico mexicano. En ella, Oscar de la Borbolla alcanza su más alta cima en el género de la picaresca posmoderna al contar la vida de un narcotraficante mexicano que sin parecerse a ninguno, bien podría ser cualquiera. Es una historia espléndidamente contada, con fuertes dosis de erotismo y humor y, sobre todo, con una imaginación tan delirante que, tal vez por ello, resulta un fiel retrato de lo que ocurre en México. Desde la primera página, el lector descubre que la realidad es traicionera; que en esta obra, como en las fantasías producidas por los narcóticos, lo que parece real se desvanece para que emerja una nueva apariencia que siempre oculta otra.