El conocimiento científico y tecnológico, en general, y el matemático, en particular, no constituyen un conocimiento ajeno y, por consiguiente, importado, sino que son el fruto de prácticas educativas y culturales propias, así como el resultado acumulado de miles de años de paciente experimentación y convivencia con el medio ambiente. La escuela es la institución en la cual estos dos tipos de conocimiento chocan entre sí (en el peor y más común de los casos) o se enriquecen y complementan (en el mejor y más raro de ellos).
Sabiendo que la matemática actual está íntima e históricamente ligada a la cultura moderna de los países más industrializados, se plantea la cuestión de saber si es posible que los amerindios practiquen la matemática sin renunciar a sus culturas específicas y sin tener que adoptar, necesariamente, la cultura denominada del 'progreso universal' por los 'hermanos menores' que desconocen a la Madre Tierra.
Este libro es el fruto de una iniciativa emprendida hace varios años con el fin de efectuar un balance de la situación educativa de los pueblos indígenas, y encontrar salidas conceptuales y pedagógicas. Para ello se ha implicado a los propios sujetos de los programas educativos desarrollados en áreas indígenas y zonas populares de América Latina, entre los cuales se encuentran también investigadores y especialistas en la materia.